El asno o el caballo, ¿Qué fue antes?
1. Introducción.
Desde el ostracismo al que se ha condenado desde la industrialización a nuestros hermanos asnos, escribo una entrada que, para mí, viene a ser fundamental para poner las cosas en su sitio y no revoleada por los rincones de la Historia.
Olvidado ha quedado el hecho de que mucho antes de que se domasen los primeros caballos en la zona caucásica, en Egipto y Oriente Medio ya estaban experimentando con los asnos a finales del neolítico. "La revolución neolítica" o "la revolución de la producción de alimentos" marcó el hito del control de la reproducción de especies animales y vegetales para cubrir las necesidades de una población de homo sapiens cada vez más numerosa.
La selección artificial de animales y plantas para el propio beneficio de la especie humana supuso un progresivo descarte y sacrificio de las que no fueran provechosas, así como la creación de estructuras artificiales como huertos en los que se modificaba el terreno, la creación de lugares de almacenaje de excedente para nuestros "por si acaso", la organización de rebaños para poder manejar a los animales, agruparse para producir y guardar los excedentes. Y por supuesto, se haría más necesario que nunca ayuda para el acarreo de víveres y su procesado de una manera más eficiente que con dos manos desnudas.
Las primeras selecciones de animales se harían teniendo en cuenta su carácter, incluso más que su fuerza, para que pudieran ser sociables con otros de su propia especie y con los seres humanos. De esta manera, los que presentaron conflicto fueron tempranamente desechados. Por su producción cárnica y pieles, los equinos fueron de los animales cazados que primeramente fueron domesticado, siendo tal vez el burro (Equus asinus o Equus africanus) y el onagro ( Equus hemionus) los que favorecieron esta práctica por su docilidad y por su dureza a estar sin agua y alimentos en circunstancias adversas, incluso más que los caballos.
Aunque se ha quedado relegado, el hecho de que los asnos fueran domesticados antes que los caballos en el "creciente fértil" ya quedó patente incluso en las primeras muestras de escritura halladas en Mesopotamia. Gracias a la versatilidad y buen carácter, el asno fue ganando cada vez más adeptos, se fueron perfeccionando las técnicas de doma y fue ganándose un sitio entre los sapiens, al menos en las zonas más cálidas.
2. Algo más que animales de tiro y de carga.
Mucho antes de la doma, la domesticación de animales supuso una garantía de carne y leche sin tener que recurrir a los riesgos de la caza. La domesticación del asno, aun antes de hablar de su doma, supuso una gran revolución más allá de la garantía de contar con alimento y materias primas a disposición para mantenerlos en cautiverio. Supuso el despertar de nuevas habilidades ante nuevos problemas relacionados con la convivencia cercana con otras especies y la dependencia mutua para sobrevivir.
Los equinos marcaron un antes y un después en el devenir humano en muchos aspectos, algunos tan simples y sencillos como la gestión del estiércol que producían supuso aprender que se podía aprovechar para enriquecer la tierra cultivada, entre otras muchas utilidades. El desarrollo de estas nuevas habilidades humanas propiciaban el progresivo abandono de la vida nómada y el acercamiento al sedentarismo y a una vida en comunidades cada vez más grandes en donde cada individuo iba tomando y desarrollando un rol específico hasta ir creando sociedades más complejas que las de cazador/recolector.
Conforme se fueron estrechando las relaciones humanos-equinos se fueron desarrollando nuevas actividades tales como el empleo de estos en las faenas agrícolas de recolección y manipulado del cereal, la carga de enseres y posteriormente, la carga de personas. Posteriormente de empezar con la doma para gobernar a esos primeros equinos para el tiro de carros, se les vio la utilidad de ser empleados para defenderse de otros grupos humanos, con o sin la habilidad de criar y entenderse con esos primeros burritos.
Diez esqueletos de burros fueron descubiertos dentro de tumbas de adobe vinculadas a un faraón egipcio. (Crédito de la imagen: PNAS, Academia Nacional de Ciencias, Copyright 2008.) |
3. Selección y doma de los primeros equinos.
Primeramente, el asno fue incorporándose como animal de tiro y de carga una vez superó la fase de aclimatación a la vida gregaria con humanos. La selección de ejemplares con un carácter afable que favoreciese su convivencia hizo que los más agresivos y menos dóciles fueran sacrificados y descartados y, con ellos, su carga y características genéticas. Posteriormente, la selección se hizo entre los animales más resistentes a las adversidades climatológicas y ya por último, aquellos ejemplares más fuertes y que mejor soportasen el trabajo de carga. Fue un proceso largo en el tiempo que empezaría 10 mil años antes de nuestra era en las zonas de Egipto
Así fue cómo se empezaron a seleccionar los primeros equinos, primero los asnos y posteriormente los equinos en la zona caucásica hasta el punto de que estos animales llegaron a ser parte fundamental de la vida de los humanos. Por referencias posteriores en textos sumerios y de Oriente Medio, sabemos que en los primeros momentos en los que ambos equinos coincidieron, la predilección y recomendación se dirigía a la elección del asno pues consideraban los caballos demasiado salvajes e inseguros en su gobierno.
Sin embargo, las diferencias morfológicas propias de ambas especies vieron distintas ventajas para unos y otros. Mientras que la docilidad e inteligencia del asno sería aprovechada a nivel industrial y agrícola, la habilidad de galopes más rápidos, constantes y prolongados de los caballos serían fundamentales para la consolidación de su doma para animales de montura. Sin embargo, los primeros usos con fines bélicos fueron asignados a los asnos que tiraban carros.
Estos primeros carros de guerra más que velocidad, buscaban la estabilidad en el paso y paso ligero a la par de cargar avituallamiento y armas aparte de hombres. Ya directamente el hecho de ganar en altura con respecto a los hombres de a pie se consideraba una ventaja en todos los sentidos, aparte de técnica y táctica. Pero llegar hasta la doma de los asnos para que respondieran a las riendas y a tirar de un carro supuso una gran innovación para el ser humano y su desarrollo intelectual. Sin embargo, este procedimiento se extendió y consolidó en cuanto se empezaron a domar los caballos en torno en el 5500 aC.
La precisión de los datos varía según las fuentes consultadas y se complica hasta el infinito cuando a veces se generaliza y se mete en el mismo saco caballos, asnos y onagros sin distinciones ni geográficas ni temporales. En muchas ocasiones, demasiadas se puede decir, se ha mencionado solamente los caballos y se ha obviado al asno y a sus híbridos en esos primeros momentos de doma y domesticación hasta tal punto de olvidar que por, ejemplo, la selección del burro doméstico ha sido crucial para la conformación de la especie estableciéndose características genéticas en los ejemplares domésticos que no existen o difieren de manera significativa en los salvajes.
Mientras que en Egipto y Oriente Medio durante el tercer milenio el asno fuera considerado un marcador de estatus social, económico y cultural antes de la llegada de los primeros caballos, en las zonas del norte del Mar Negro empezaba a suceder lo mismo con los primeros caballos. Fue en este momento, tres mil años antes de nuestra era, cuando empiezan a hacerse más visibles los equinos en la vida cotidiana.
Superadas las primeras fases de domesticación, doma y aclimatación al ser humano, tanto asnos como caballos (así como el mundo que los rodeaba) fue integrándose en el mundo místico, sagrado y religioso hasta asentar el culto a estos animales como algo más que ídolos o dioses. Eran también fuente de riqueza, prosperidad y, por tanto, de poder.
Desde las primeras pinturas rupestres y las primeras muestras de arte manufacturado de los homínidos, los equinos ya estaban presentes representando su gran valor como especie cinegética, hecho que marcó posteriormente los cultos primitivos en los que se establecerían las bases de la hipolatría (culto religioso a los caballos) en todos los lugares donde se podían criar, vivir y hacer uso de estos animales ya entrando en la Edad de los Metales y que fue desapareciendo con la llegada del cristianismo.
4. Referencias y bibliografía.