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Indumentaria de los arqueros montados de época romana.


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Indumentaria del arquero a caballo en época romana.

La preparación de los equipos de recreación para nuestro animal y el nuestro son iguales de importantes de pies a cabeza, de boca a herradura. La fidelidad de nuestra indumentaria y la del enjaezado ha de brillar por su buen acabado en calidad y materiales, algo que dará vistosidad y fidelidad cara a cualquier exhibición pero también hay que tener en cuenta que no se debe sacrificar el bienestar nuestro ni el de nuestro compañero en pos del rigor.

El periodo de influencia y poder de Roma no es homogéneo en todas partes ni durante todo el tiempo, por lo que hay que ser muy cuidadosos a la hora de elegir qué momento exacto vamos a recrear. Una vez lo tengamos claro, toca el proceso de documentación de equipos, armamento, atalajes de bestias e indumentaria. Hay piezas que pueden resultar válidas para varios periodos, pero otras no. No será lo mismo recrear un arquero a caballo de época republicana que tardo antigua, como así se podrá ir comprobando en las fuentes históricas y estudios de especialistas en la materia que vayamos consultando.

Las túnicas básicas no variarían entre las de infantería y de caballería durante todos los periodos ni en color ni hechuras aunque sí lo hacían como rasgos distintivos de rangos superiores. Lo mismo pasaba con cinturones y calzado. En cuanto a tipo de yelmo y armadura, en cada época y lugar se estilaban unos distintos, lo que conllevará informarse para mantener una coherencia, cohesión y contextualización dentro de nuestro proyecto.

Se han datado buena cantidad de espuelas de metales no ferrosos y hierro sujetas a las calcei (botas cerradas) de los jinetes. Las espuelas de ojales distintivos (con ojales para recibir correas para asegurarlos) se pueden distinguir de las de cabeza remachados (con las correas unidas por cabezas remachadas), que aparecen en el siglo 2 dne. A diferencia de las espuelas de influencia germana, las romanas no eran fijas, sino que se podían retirar a conveniencia.

Hasta ahora no se ha hablado del desembolso económico que supone llevar a cabo una recreación así, pero justo es tratarlo para prevenir y no llevarnos sorpresas por el elevado precio que algunas réplicas pueden costar, el coste de las clases o del centro ecuestre. A veces es mejor esperar usando elementos actuales que podamos usar diariamente y ahorrar para adquirir una pieza buena, que aventurarse a comprar algo de baja calidad, fuera de época y peor resultado solamente para salir del paso. Esta apreciación sirve con los atalajes para nuestro equino.