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Jinete del siglo XXI antes que recreador de un arquero a caballo.

 

6. Jinete del siglo XXI antes que recreador de un arquero a caballo.

Nunca bajo ningún concepto o circunstancia hay que olvidar cinco cosas:

1. La seguridad y el bienestar de jinete y del caballo. Esto está por encima del rigor histórico. Es inexcusable arriesgar la vida o integridad de animal y persona por una actividad lúdica. No todos los caballos están preparados para usar bocados o monturas de recreación histórica, por mucho que nos empeñemos y hay que aceptarlo.

2. Sentido común. No podemos exigir a un caballo que no ha ido nunca sin estribos, ni nosotros tampoco, que de un día a otro lo hagamos y encima disparemos con precisión quirúrgica.

3. Planear objetivos sencillos, ir paso a paso. Ya es un logro recrear un arquero a pie de cualquier época, poder contar con un caballo que nos acompañe en los entrenamientos y que además soporte un enjaezado histórico. No aspirar a lo máximo sin haber logrado lo más simple.

4. Antes de subirnos al caballo hay que comprobar que el animal está en perfectas condiciones, al igual que el equipo. El estado físico y anímico del jinete  también deben ser equilibrados. Si se ha tenido un mal día, se está de mal humor o demasiado nervioso, es recomendable dejar al caballo en el establo y hacerlo solo, o simplemente no montarlo.

5. Paciencia. Decidir hacer cualquier actividad supone aceptar los tiempos de cada proceso hasta conseguir nuestros objetivos.

En el momento que podamos contar con todos los elementos que vayamos a necesitar, tengamos suficiente confianza con nuestro caballo y con los equipos, llegó el momento de subir al caballo. Planteémonos si con ropa y equipo de doma adecuados lo hacemos correctamente. Si difícilmente somos capaces de gobernar con seguridad un caballo con estribos, bocado y usando las riendas, imposible será hacerlo dejando a nuestro compañero solo con las órdenes que podamos dar con nuestras piernas y nuestra voz, y encima disparando con un arco usando las dos manos.

Recrear es una actividad muy compleja que conlleva investigación y estudio en el escritorio, de arqueología experimental en el taller, laboratorio o a pie de calle, de ingeniería de los materiales, de ensayos y errores para aprender, de intercambio de ideas no necesariamente afines a las nuestras, de socialización, de aprendizaje, de decepciones y algunas alegrías. Recrear es sobre todo enseñar deleitando lo que vamos aprendiendo con nuestras experiencias personales y grupales. Los errores discrónicos y los avances históricos en recreación no estarían permitidos si no se saben explicar y razonar su presencia, aunque a veces es necesario incluirlos por bienestar animal, legislación o por comodidad del recreador al no poder usar uno más adecuado.

Tener a cargo un equino ya sea caballo, mular o asno implica cumplir de manera escrupulosa la legislación de tenencia de animales, así como si nos decidimos aprender y desarrollar esta disciplina en un centro ecuestre donde podamos disponer de animales que se adecuen a nuestras necesidades y además contar con el asesoramiento de profesionales que nos ayuden en el proceso. Personalmente soy partidaria de los centros ecuestres donde se ofrezca pupilaje de los animales en donde cuidarán y harán un proceso de doma adecuado el tiempo que no podamos disfrutar y trabajar con él.

Recrear implica comunicar. Lo mismo que se entrena equino y jinete para la disciplina de tiro con arco, la formación y modales del dúo ha de ser también adecuada para exhibición para todo tipo de público. Siguiendo las normas básicas de comunicación, un buen recreador debe manejar las cuatro disciplinas básicas: leer, escribir, hablar y escuchar. Muchas personas pueden sentir interés y acercarse a preguntar y si importante es saber, aún más es dar a conocer lo que se sabe de manera que se produzca un aprendizaje útil por parte de quien ha preguntado.

De nada sirve acumular un montón de datos si a la hora de exponerlos públicamente no somos capaces de ordenarlos y explicarlos de manera adecuada al nivel del público que tengamos. De la misma manera que un rejoneador no solamente ha de saber montar a caballo, lucir su indumentaria y hacer su trabajo,  ha de ser capaz de dar un buen espectáculo. De la misma forma, un buen recreador histórico ha de saber transmitir todo el trabajo previo más allá de la perfección en el disparo o colocar de manera correcta las piernas para controlar el caballo. La cordialidad, el respeto, la empatía y la paciencia se convierten en las máximas de cualquier comunicador.

Muchas veces habrá que tratar con público que querrá acariciar a nuestro caballo sin saber cómo actuar con equinos, es nuestro deber saber colocar al animal para que ninguna persona se acerque por detrás, donde tiene el ángulo muerto en la visión y por donde son más sensibles y vulnerables ante los ruidos y caricias. Aparte de los organizadores del evento, es también responsabilidad de cada jinete el comportamiento de su equino en público y su correcta forma de llevarlo y mostrarlo.