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Forjando vínculos entre caballo y arquero de recreación de arqueros montados de época romana.

 


5. Forjando vínculos entre caballo y arquero.

Caballo y jinete tienen que ser uno. Entenderse con un gesto, un chasquido de lengua, una caricia, el tono de voz y la tensión muscular. Forjar entre ambos coordinación, complicidad y confianza mutua resulta fundamental pues, en ello a ambos les iría la vida en combate, o la satisfacción de un trabajo bien hecho en la realización de cualquier actividad deportiva.

Hay muchas personas que pierden la sensación de disfrute, el placer de estar haciendo algo con un compañero fiel como es un caballo y terminan frustrados porque no salen los resultados como quieren en un tiempo delimitado. Bajo ningún concepto se puede culpar al caballo, ya que el animal no es responsable de nuestras aspiraciones.

Son muchas las actividades pie a tierra que hacen que ser humano y equinos forjen vínculos afectivos y de complicidad. Desde darle de comer, limpiarle los cascos, el momento del baño, el cepillarle, asear la cuadra, las caricias, el ofrecerle una actividad que le resulte agradable y que les den esa sensación de seguridad necesaria para que se encuentre a gusto con nosotros. Los ejercicios a la cuerda pie a tierra han de ser una rutina para calentar antes de subir sea cual sea la disciplina que vayamos a realizar.

Diferenciar el momento de broma y de trabajo en serio se hace fundamental durante el proceso de aclimatación entre montura y jinete. Se considera fundamental el mutuo entendimiento para comenzar a trabajar en conjunto por lo que si se dispone de medios y tiempo, no hay que descartarlo proceder a la preparación de dos equinos y dos jinetes a la vez con el fin de aprovechar mejor los vínculos que se establecen entre los caballos y las personas.

Difícilmente una persona que no sea capaz de llevar de manera correcta un caballo a reata sujeto por el ramal o las riendas, sea capaz de montarse en él y no acabar uno asustado y el otro en el suelo. Esa comunicación, sincronización del paso, persona-caballo en el día a día es lo que hace que se establezca un entendimiento básico para el desarrollo de cualquier actividad conjunto. Si no hay confianza mutua, habrá que descartar cualquier tipo de trabajo con el caballo.